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Mi instituto se incendió. La TRAGEDIA de perder un trimestre de contenidos.

Mi instituto se incendió.
La “TRAGEDIA” de perder los contenidos de un trimestre.

El mundo se ha puesto patas arriba. En las últimas semanas, todo ha cambiado, todos hemos cambiado.

Muchos han tenido que dejar de trabajar y adaptarse al cambio.

Muchos han tenido que trabajar mucho más que antes y adaptarse al cambio.

Muchos no pueden estar con las personas que quieren y se han adaptado al cambio.

Muchos han dejado de tener recursos y se están adaptando al cambio.

Lo más terrible, muchos han dejado de vivir… y todos nos tenemos que adaptar al cambio.

La vida es cambio continuo y la aceptación, adaptación y gestión de ese cambio es una de las cosas más importantes que tenemos que aprender como seres humanos.

Es indiscutible que todo ha cambiado en estos momentos, y que esos cambios deben generar reflexión y aprendizajes que nos hagan más adaptativos, flexibles y poderosos.

Son cambios profundos, cambios sustanciales. Me atrevería casi a decir, que esto va a provocar un cambio de era.

Pero ante todo esto, viendo tantos, me sorprende poderosamente que hay algo que no cambia.

 

La educación no cambia.

 

(Bueno, no es cierto del todo, la educación cambia, evoluciona, mejora, reflexiona sobre sí misma y se adapta a la realidad siempre de la mano de muchos maravillosos profesionales que dentro de sus entornos educativos se dejan la piel, las ilusiones y mucho, mucho tiempo por darlo todo a sus alumnos, pero siempre sin el respaldo de la legislación y ni de los máximos responsables).

Pero en medio de toda esta crisis la educación no cambia. Y no me podéis decir que mandar deberes online en vez de hacerlo en persona, es un cambio. Eso no es más que un medio.

Pero para que algo cambie se necesita una intención de adaptación y un análisis de la nueva situación, además de un conocimiento profundo de los agentes implicados, en este caso en el proceso educativo: alumnos con sus emociones a flor de piel viviendo todo esto, maestros zarandeados de una directriz a otra, cuestionados por todos y poniendo, cada uno en su medida, su mejor voluntad pero sin una coordinación adecuada y familias como espacio total de convivencia, aprendizaje, y gestión de la crisis.

 

Cuando tenemos que afrontar algo importante, hay tres pasos fundamentales, muy simples, pero necesarios para poder hacer las cosas con garantía: PARAR, PENSAR, HACER.

Así de simple.

En educación se ha hecho todo al revés.

 

Al día siguiente de suspender las clases había que HACER: retomar la situación, volver a la normalidad (¿normalidad?). Todos los profesores debían mandar trabajo a casa. Rápidamente, sin tiempo para reaccionar, sin prácticamente tiempo para interesarse por cómo estaban cada uno de sus alumnos y sus familias. Podéis leer el post que escribí al respecto el tercer día de confinamiento. Continuar como si nada hubiera pasado (¿cómo si nada hubiera pasado?), no vayan a pensar algunos, que los profes se toman vacaciones (siempre juzgados).

Y así en esa frenética vomitona de mails y mails de deberes de todas las asignaturas hasta las vacaciones de Semana Santa (¿Vacaciones?)

Ahora parece que ha llegado el momento de PARAR. Pero parar en el peor de los sentidos. No hay instrucciones claras, no hay decisiones que permitan a los maestros organizarse, no hay mensajes que permitan a los alumnos  y a las familias tranquilizarse. No hay nada, no hay respuesta….

.

.

SILENCIO

Me gusta imaginar que nuestros representantes están pensando, pero no quiero pecar de ilusa…

 

Y mientras en la sociedad, entre las familias y entre los maestros la sombra de las decisiones que no llegan, los ejemplos de otros países en los que unos quieren mirarse y otros romper. Las propuestas de aprobados para todos, de repetición para todos (¿todos necesitamos sopa?). Las frases lapidarias advirtiendo sobre el peligro de que “los niños se relajen”… (Ah… entiendo que es mucho mejor que estén estresados ¿?)

Creo que ha llegado el momento definitivo de repensar la educación, pero mientras tanto, por favor, al menos un poco de sentido común.

 

Hacer deberes, no es lo mismo que enseñar y enseñar no es lo mismo que educar. Decidamos que es lo prioritario en este momento.

Cuando se decretó el estado de alarma, la segunda evaluación estaba prácticamente terminada y evaluada. Los alumnos han estado dos trimestres trabajando y cada uno ha tenido su rendimiento. Entendamos que ese es su nivel y resultado.

 

 

¿No hubiera sido más lógico haber dado “vacaciones a los alumnos” esas semanas y haber dedicado el tiempo a parar, pensar cuál es la mejor solución y formar a los docentes para llevarla a cabo a partir del tercer trimestre con garantías?

¿No hubiera sido mucho mejor utilizar estas semanas para contactar personalmente con cada familia, entender sus circunstancias y paliar las posibles carencias tecnológicas que ahora condicionan tanto la educación?

¿No hubiera sido mejor darles voz y decisión a los centros y a los docentes para hacer adaptaciones en los temarios, primando todo lo que esta situación nos puede enseñar y relegando contenido que aparece repetido curso tras curso?

¿No hubiera sido el momento de consensuar entre toda la comunidad educativa las medidas necesarias de adaptación y apoyo para los únicos cursos realmente cruciales: 6º de primaria que en muchos casos define el itinerario bilingüe y 2º de Bachillerato con la EVAU?

¿O de verdad alguien pensaba que en dos semanas se iba a volver a las aulas y que el contenido de ese tiempo iba a condicionar el futuro de los alumnos?º

Sí, en el título te lo decía: mi instituto se incendió.

 

Fue cuando estaba en primero de BUP. Sí , soy de esa generación que a pesar de que me siento todavía bastante joven, soy del siglo pasado, de la antigua moneda, del plan de estudios viejo y ahora de la época pre pandemia….

Bueno, pues como os decía mi instituto se incendió. Fue un domingo al principio del segundo trimestre.

Evidentemente las clases se suspendieron, y como os estoy hablando del siglo pasado (¡Ay, mi madre!) a nadie se le ocurrió mandarnos deberes ni trabajos, por medio del cartero, del teléfono o de palomas mensajeras.

No había clase y punto. Y nadie pensó que nos fuéramos a volver tontos por unas semanas sin clase o que nuestro futuro se fuera a pintar de negro.

Unas semanas después, nos habilitaron espacio en otro instituto, pero las clases pasaron a ser en horario de tarde porque era cuando estaba disponible.

Muchos de los alumnos hacíamos otras actividades en ese horario (yo iba al Conservatorio) y tanto el equipo directivo como los profesores, lo entendieron, fueron flexibles al cambio, se preocuparon por cada caso en particular, adaptaron temarios.

Para mí y muchos, fue un trimestre sin casi ir a clase.

En mi vida adulta nunca he echado en falta los contenidos que no aprendí, ni siquiera los recuerdo, porque en los siguientes años de estudios seguro que los recuperé. Pero sí recuerdo que con mis 14 años aprendí independencia, compromiso, a gestionar el cambio, a adaptarme, a unirme más con mis compañeros, a valorar el esfuerzo del director (Domingo) y de mis profesores.

Sería increíble que los docentes pudieran dedicar este tercer trimestre a apoyar más personalizadamente a los que más lo necesitan, a reforzar aquellos conocimientos que se han quedado pendiente, a repasar las materias dadas para empezar el próximo curso con una buena base y a conectar con sus alumnos a nivel emocional ayudándoles a reflexionar y crecer en esta crisis.

Porque a las ciencias, la historia, las mates y la lengua… seguro que volveremos muy pronto. Y entonces sí que serán verdaderamente importantes.

Cada cosa en su momento.

A los niños no les va a cambiar su futuro si están tres meses sin avanzar contenidos. Si que les va a cambiar si generan miedos, estrés, si no se les ayuda a gestionar sus emociones y no se les tiene en cuenta.

 

Por favor autoridades: Respeto por los alumnos, por los profesores y por las familias. Que se trata de que de esta crisis salgamos más sabios, no más estresados y enfrentados.

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11 cosas que enseñar a los niños en la crisis del coronavirus. (Más importantes que la programación escolar).

Escribo esto en Madrid, el tercer día desde que se decretó el cierre de los colegios por el coronavirus en esta Comunidad.

 

Estos días están siendo muy difíciles y de carácter extraordinario para todos, pero también y especialmente para los niños, que tienen que entender la situación y adaptarse a ella.

Me entristece ver que pese a todos los avances que nos demuestra la neuroeducación, pese a todo lo que se nos llena la boca hablando de educación emocional, de valores, de poner al alumno en el centro del aprendizaje, de igualdad…  las administraciones educativas vuelven a demostrar que no entienden nada de educación.

Me parece una falta de respeto enorme hacia los maestros la manera en la que se ha planteado esta suspensión de clases, teniendo que acudir a los centros, preocupándose únicamente de la continuidad del avance en las programaciones, y poniéndoles siempre bajo la sospecha de que tienen muchas vacaciones, ignorando completamente cómo se sienten profesores y alumnos y trasladando la responsabilidad formativa a las familias.

 

Las familias estamos sometidas a un nivel de estrés e incertidumbre enorme, teniendo que adaptarnos a la nueva situación. Recibir cada día un montón de emails desde los colegios cargándonos de nuevas responsabilidades, no contribuye a mejorar la situación. ¡¡¡Mi hijo mayor ha recibido más de 50 en estos tres días!!!

Hacernos responsables de explicar temarios nuevos y muchas veces en inglés, ponernos un calendario con fechas límite e insistir constantemente en la evaluación de todo esto, (palabras textuales: “te puedo poner hasta tres negativos si no lo haces”) me parece fuera de lugar y que no beneficia en absoluto a los niños.

 

Antes situaciones extraordinarias, se deberían tomar acciones extraordinarias que ayuden a los niños a aprender cosas mucho más importantes que temarios preestablecidos fuera de toda realidad.

 

Ante esta situación de emergencia se suspenden operaciones importantes, se cierran empresas, se cancelan investigaciones, congresos... Es decir, todos los avances importantes, y ¿no podemos prescindir de la unidad 6 de una asignatura?

Nuestra situación en este momento es muy difícil y caótica, en esta semana hemos perdido casi todos nuestros trabajos y varios trabajadores dependen de nosotros. Mi teléfono no para de sonar, mi bandeja de correo está saturada, las urgencias están superando lo importante y debo hacer frente a ellas.

Cada familia es un mundo. ¿O los médicos y enfermeras que trabajan en turnos enormes no tienen hijos? ¿O los cajeros y reponedores de supermercados que están dando respuesta a toda esta locura disponen de fuerzas y tiempo para asumir más responsabilidades? ¿O los hijos del personal de las fuerzas de seguridad deben aprender por ellos mismos? ¿O las familias de todos esos pequeños empresarios que empiezan a tener cero ingresos no tienen derecho a estar un poco caóticas? Y así, cada una de las familias con su situación, sus dificultades, muchas económicas, de disponibilidad de dispositivos electrónicos, de cuidado de mayores y enfermos…

En estos primeros días de la nueva situación, es preferente dar un poco de respiro a la gente que cada uno se vaya adaptando a la nueva realidad. Tanto a maestros, para que tengan tiempo de formación y de reflexión para ver cómo abordar las clases de manera remota, como a los alumnos y a las familias.

Si la situación se prolonga se deben habilitar sistemas para todos, para que los profesores puedan explicar a los niños, mediante audios y vídeos, para que sientan su presencia y su apoyo, no que les mandan textos para aprender por su cuenta y racionalizar la cantidad de trabajo que se les exige en función de su edad.

Menos mal que confío en los docentes, que salvan el sistema educativo frente a todas las barbaridades que hacen las Administraciones. Y atendiendo a las instrucciones de adaptar los contenidos y la evaluación para esta situación, estoy convencida de que sacarán, como siempre, su lado más creativo y flexible, para adaptarse a cómo están los niños, para estar en contacto y para evaluar, mucho más allá de la nota que pongan en los ejercicios que planteen. Porque sé que conocen bien a sus alumnos y la mayoría trabajan por su bien, a pesar de todos los inconvenientes.

Me parece fundamental que los niños, bueno, en realidad todos, sigamos aprendiendo, siempre, constantemente.

De una vez por todas debemos repensar lo que hay que aprender y con qué métodos.

 

Algunas propuestas interesantes podrían ser:

  1. Leer un libro

       Con la lectura están avanzando en todas las materias. 

 
  1. Dibujar 

       Muchos de los miedos que tienen los niños estos días se pueden canalizar de esta         manera.

  1.  
  2. Escribir un diario

       Una situación excepcional bien lo merece y les servirá de aprendizaje para el resto         de su vida.

  1.  
  2. Aprender sus canciones favoritas 

       Esto les puede unir con su familia creando momentos divertidos… 

 

Y todo esto como sugerencias de refuerzo de aprendizaje, no como obligaciones con plazos impuestos sin querer entender la situación de cada niño, de cada familia.

Aún así, cualquier cosa de estas tiene mucha menos importancia que lo verdaderamente fundamental que tienen que aprender los niños estos días (y a la mayoría de los adultos también nos vendría muy bien). 

 

Deberíamos poner nuestros esfuerzos en que estos días se conviertan en un máster acelerado de:

 . Flexibilidad mental. Hay que aprender a adaptarse a las circunstancias.

. Resiliencia. Debemos potenciar una adaptación a las nuevas circunstancias favorable para el desarrollo de los niños.

. Paciencia. La convivencia continuada la requiere, y la solución de los problemas inesperados también.

. Resolución de conflictos. Potenciar una actitud creativa y resolutiva frente a los desafíos, desterrando la reactividad y la culpa.

. Generosidad. En estas situaciones debemos ceder, compartir, hacer por los demás para que la convivencia funcione.

. Empatía. Entender cómo están y se sienten los demás. Fuera de casa, todas las personas que están sufriendo y trabajando para que todo vuelva a la normalidad, y dentro de casa, compartiendo los sentimientos y emociones de cada miembro de la familia.

. Colaboración. Esta convivencia familiar intensa e impuesta, hace necesario potenciar la colaboración entre todos, y fuera de casa que nos sintamos todos comprometidos y colaboradores con la solución del problema es fundamental.

 

. Autonomía. Es un momento perfecto para que los niños vayan asumiendo o afianzando nuevas labores y compromisos en función de su edad.

. Gestión emocional. Que implica ser capaz de aguantar nuestros propios nervios, trabajar todos, grandes y pequeños, para entender y expresar lo que sentimos.

. Autocontrol. Es un momento precioso y con multitud de oportunidades para aprender a autocontrolar nuestros cuerpos ya que tenemos un espacio reducido.Y también las emociones, que en estos días son muy intensas y nuestra respuesta a ellas y a las relaciones con los demás.

. Respuesta a los miedos. Todos, en mayor o menor medida estamos afectados por el miedo en esta situación; miedo por la salud, por las personas que queremos, por la incertidumbre, por la economía, por tantas y tantas cosas… pasar esta situación excepcional nos proporciona la oportunidad perfecta para trabajar nuestra respuesta ante el miedo y la de los niños, inculcándoles que debemos seguir hacia delante aún con el miedo. Y que el miedo se hará más pequeñito con cada una de nuestras acciones y decisiones.

 

 

¿No creéis que si aprobamos, aunque sea con un cinco en todas estas áreas, habremos aprovechado este momento de crisis?

¿No creéis que si dedicamos el tiempo con nuestros hijos y alumnos a mejorar cada uno de estos aspectos se transformaría un poquito la sociedad?

 

Tened en cuenta que vendrán momentos difíciles, que una de las cosas más importantes para los niños es el movimiento y en estos días se verá limitado, así que nosotros tendremos que hacer uso también de todos estos aprendizajes y sobre todo charlad, charlad mucho con nuestros hijos. Resolved sus dudas e inquietudes. Pero también reíd, jugad y bailad.

Porque la lección que me gustarían que sacasen mis hijos de todo esto, es que juntos podemos hacer frente a cualquier situación y que de toda crisis se puede aprender algo.

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Rompiendo el caparazón. Vuelve ¡Somos Artistas!

Volvemos de nuevo a las aulas. Volvemos con ¡Somos artistas! De la idea al escenario en colaboración con el Teatro Real Carlos III de Aranjuez.

Los protagonistas de esta nueva edición del proyecto ¡Somos artistas! Son alumnos de 2º de la ESO del CEIPSO Maestro Rodrigo.
40 chavales de 13-14 años que se enfrentan a una experiencia intensa y que desafía toda su comodidad y conceptos preestablecidos.

¡Somos artistas! es programa de intervención educativa de alto impacto para trabajar competencias, valores e inteligencia emocional a través de las artes escénicas. El proyecto les plantea a estos alumnos, el reto de crear una obra de teatro musical desde la idea a su representación en un escenario en 9 semanas.

Es un proyecto diseñado para hacerlo en 12 semanas, pero por dificultades de agendas y programación en el teatro, en esta ocasión el tiempo es más reducido.

 

¡Somos Artistas!

¡Parece una auténtica locura! Pero esa es la esencia de la educación de alto impacto. Poner en tensión, llevar al límite nuestras posibilidades, para conseguir lo que parecía imposible.
¿Lo conseguiremos?

Empezamos a trabajar juntos el 11 de octubre.
Han pasado cuatro semanas.
No nos conocíamos y tenemos que crear algo de la nada.

El primer paso de este proyecto implica conocernos entre nosotros, pero lo que es más importante, aprender a conocernos y a mirarnos de otro modo a nosotros mismos.

 

Exhibición de talentos

Cuando el proyecto ¡Somos artistas! se hace con niños más pequeños, este proceso es mucho más fácil y corto. Los pequeños enseguida se muestran, no tienen miedos, no tienen etiquetas, sienten mucha más confianza en sus posibilidades y en su grupo. Para ellos todo es más fácil y espontáneo.

Pero cuando trabajamos con chicos de 13 y 14 años, la situación es distinta.

Esta primera etapa para romper el caparazón, para atreverse, para sacar nuestra propia voz, nos ha llevado cuatro semanas con dos sesiones cada una… y seguimos trabajando.

 

 

Pero en este tiempo han pasado cosas increíbles.

Aquellos que no tenían voz, han hablado. Aquello que sabían que la tenían, pero no se atrevían a mostrarla, lo han hecho en público. Los que no podían bailar, han bailado. Y todos, que se juzgan así mismos mediocres creativos, han creado, han escrito y han ideado, la letra de una canción y toda la trama para nuestro guion.

Pero además de todos estos avances técnicos, hemos hecho cosas mucho más importantes:

Hemos aprendido a escucharnos, pero no de cualquier manera; mirando a los ojos, mostrando interés, con atención. Para conocernos mejor, para reconocernos.

Hemos practicado el control espacial, reflexionando sobre el espacio escénico, viendo cómo llenarlo y como nos relacionamos en él entre nosotros.

Hemos reflexionado sobre la comunicación, sobre hablar con palabras y decir en voz alta, cuidando el tono, el volumen, las pausas, pero lo más importante: sobre comunicar con el resto del cuerpo. Los ojos hablan, la cara habla, el cuerpo habla. Y hemos podido comprobar no sólo que el cuerpo habla, sino que según lo usemos, puede transformar nuestros pensamientos y actitudes.

Hemos conocido, apreciado y demostrado asombro, por las capacidades de nuestros compañeros que desconocíamos. Rompiendo así las expectativas que ellos mismos tenían, de que si se exponían en clase algo horrible iba a pasar. Lo que ha ocurrido ha sido todo lo contrario: expresiones espontáneas de asombro, admiración y aplausos sentidos.

Hemos conseguido actuar delante de los tutores, y en ellos se han provocado sonrisas de orgullo y asombro.

Hemos valorado el silencio, no solo de la voz, sino del cuerpo. Ya sabemos movernos todos a la vez, incluso desplazando atrezzo, rápido y en silencio. Todo un logro para 40 niños de esta edad.

Hemos despertado a la diva que se escondía en el interior de algunas de las protagonistas.

 

 

Poco a poco cada uno va encontrando su lugar en este proyecto, en el que todos tenemos que hacer de todo. Aquí no vale quedarse en el papel que estamos más cómodos. Todos crean, todos actúan, todos cantan, todos bailan, todos producen, todos publicitan….

Porque en ¡Somos artistas!, el estreno no es más que una excusa, para el proceso, que es la parte verdaderamente importante, la parte que transforma a un grupo de alumnos de 2º de la ESO en una Compañía. Con todo lo que ello implica: trabajar todos juntos para conseguir un objetivo común, uno mucho más grande que todos nosotros. Sin que nadie se quede atrás. O vamos todos, o ninguno.

 

 

La Compañía sigue trabajando, dando grandes pasos para conseguir esta locura que es estrenar el próximo 15 de diciembre. Y mientras vamos creciendo, creciendo mucho en todos los aspectos.

¿Vendrás a ver el estreno el 15 de diciembre a las 18:30 en el Teatro Real Carlos III de Aranjuez?

Necesitamos tus aplausos.

 

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¡Somos artistas! 4º capítulo desde el CEIPSO Maestro Rodrigo

Semana de estrenos mundiales y visitas históricas.

Puede parecer un poco exagerado, pero es así.

Esta semana en ¡Somos Artistas! el proyecto de Música en Familia para crear una obra de teatro musical en el colegio han pasado cosas muy importantes.

En esta ocasión nuestro proyecto tiene un socio increíble. Nada más y mada menos que el histórico Teatro Real Carlos III de Aranjuez, del siglo XVIII.

 

 

Nuestros pequeños van a tener la oportunidad de actuar en ese escenario tan especial, por el que han pasado grandes artistas. El estreno será el próximo 5 de abril, pero antes tenemos que estar bien preparados y para ello, esta semana hemos visitado el Teatro.

Jose Antonio Simón, el gerente del Teatro, nos recibió durante la mañana del martes, y nos fue contando pequeños secretillos y abriendo muchas puertas y partes del teatro que solo pueden visitar personas especiales como nuestra Compañía. Su generosidad y hospitalidad y la de su equipo, Ana, David e Israel, hizo que todos pudiéramos disfrutar de una visita única.

 

 

A lo largo de la mañana hicimos cuatro recorridos, uno con cada una de las clases, para que pudieran disfrutarlo y aprender bien. Nos hizo especial ilusión invitar a las familias a que compartieran esta experiencia con nosotros.  

Conocimos la historia del Teatro, saludamos a Carlos III que mandó construirlo, nos asomamos a los palcos, incluso al Palco Real. Nos colamos en la cubierta (este fue el primer teatro cubierto de España) que conserva la madera original y donde los peques quedaron asombrados por el mecanismo para subir y bajar la gran lámpara de la sala principal. Bajamos a la Sala Farinelli, otro espacio escénico más pequeño, que nos asombró por las increíble pintura de su techo.

 

Luego vino la parte más especial: los lugares más prohibidos. Subimos al gallinero, lo cruzamos y recorrimos toda la plataforma lateral del teatro desde la que se ve el peine, los telones y todos los mecanismos para llegar a la chácena, desde donde podíamos contemplar todo el escenario desde arriba.

Y al final, el momento más deseado, pisar el escenario por primera vez.

Tanto, tanto nos gustó que decidimos hacer un pequeño regalo a las familias que nos acompañaban y cantarles una de nuestras canciones del espectáculo. Un momento maravilloso.

 

Terminamos la visita bien cómodos en las butacas principales del teatro mientras el imponente telón del siglo XVIII subía y bajaba para nosotros gracias a la magia de Isaac.

En definitiva, una visita para no olvidar, y que es sólo el prólogo de todas las cosas chulas que nos van a pasar en este teatro.

 

Pero las emociones de la semana, no teminan ahí.

En nuestra sesión de los jueves, tres de los grupos, asistieron al estreno mundial de la canción que hemos hecho exclusivamente para ellos. 

En ¡Somos artistas! trabajamos con el compositor Alejandro Vivas (¡¡Echad un vistazo a su web para ver todos los premios que tiene!!). Él está haciendo las canciones, con los textos e ideas que en cada sesión vamos sacando con los niños. 

 

Fue genial cuando los pintores se sorprendieron porque salía Van Gogh en su canción, su pintor favorito. O cuando los Arquitectos construyeron con sus cuerpos los edificios de la canción, incluido el Big Ben que están estudiando o cuando los Músicos aprendieron a distinguir todos los instrumentos de la orquesta.

(Tranquilos literatos, esta semana estrenamos la vuestra)

 

Una semana más de trabajo e ilusión en este proyecto, que poco a poco va creciendo gracias a todos los que trabajamos en él: niños, maestras y grandes profesionales.

 

Un abrazo musical.

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4 razones para invitar a la Música a entrar en tu clase de Infantil

 

Estoy segura de que la Música ya está presente en tu aula, de que como maestro o educador de la etapa infantil eres consciente de su importancia en el día a día.

Hoy quiero compartir contigo cuatro razones y una más extra para que la Música cada vez esté más presente en tu aula y en tu vida.

 

  1. GUSTA A LOS NIÑOS

Ya podemos escuchar desde antes de nacer. El ritmo del corazón de nuestra  madre y de nuestro propio corazón es nuestra primera banda sonora. El balanceo en el vientre materno es nuestro primer baile.

Tenemos ritmo y movimiento desde antes de nacer. Somos musicales por naturaleza.

En cuanto escuchan Música los niños mueven su cuerpo, improvisan cantinelas con su media lengua, hacen ritmo y golpean cualquier cosa.

Ellos disfrutan de la Música, les da libertad, alegría, capacidad de expresar, de explorar sus movimientos...les emociona.

Y la neurociencia nos ha dejado bien claro que es a través de la emoción la mejor manera de llegar a los demás de crecer, de desarrollarse, de aprender.

 

        2. GENERA BUEN AMBIENTE EN EL GRUPO

Las aulas suelen tener muchos alumnos, a veces muchos más de los que nos gustaría y de los que deberían ser, (pero ese es otro tema) cada uno con sus necesidades, su momento de desarrollo, sus emociones, su capacidad de expresarlas, sus expectativas...

Nosotros somos la energía que coordina, que hace cohabitar, que tiene que unir todas esas pequeñas individualidades para conseguir un ambiente calmado, optimista, de confianza, alegre, que potencie las capacidades y aptitudes de los pequeños y adecuado para el pleno desarrollo y el aprendizaje.

La Música es una potente herramienta para conseguirlo. En primer lugar, porque apela directamente a nuestra emoción de una forma primitiva, grabada en nuestro ADN desde hace generaciones y generaciones. Y a través de ella, usándola de forma adecuada y con respeto, podemos influir en el estado emocional de cada uno de los niños y por tanto en el ambiente general del grupo.

Por otra parte, y apelando a la parte más física y corporal de la Música, ésta nos conduce a una sincronía de movimientos y de pulsaciones del corazón que puede hacer que todos sintamos (emocional y físicamente) de manera similar, creando fuertes sentimientos de unión con el grupo y de sintonía con la actividad realizada.

 

         3. AYUDA A RESOLVER CONFLICTOS

El día a día de trabajo con los más pequeños, además de apasionante está lleno de pequeños conflictos diarios, a veces son fáciles de manejar y en otras ocasiones no tanto.

Es importante que tanto el maestro o educados, como los propios niños, poco a poco vayan teniendo diferentes recursos para resolverlos.

La Música y sus distintos componentes pueden ser parte de esos recursos. Ya hemos hablado de su capacidad para mover emociones y sabiendo como usarla podemos conseguir pasar nosotros mismos o ayudar a nuestros alumnos a pasar de un estado emocional que nos esta haciendo daño a otro mejor.

Además la Música implica y potencia otros muchos recursos que se pueden utilizar para superar un mal momento: la respiración, el silencio, el movimiento, la comunicación, la empatía. Todos forman parte de ella, y nos pueden ayudar en situaciones de conflicto.

 

       4. POTENCIA EL APRENDIZAJE

Hay múltiples estudios científicos que demuestran que el uso de la Música potencia el aprendizaje. No es el lugar ahora de enumerarlos, pera puedes ir encontrando algunos en nuestras redes.

La Música estimula todas las áreas cerebrales, nos permea con sus estructuras matemáticas, desarrolla nuestra capacidad y sensibilidad auditiva, lo que beneficia el aprendizaje de otra lenguas. Y es capaz de crear estados de concentración y calma propicios para el aprendizaje.

 

Hemos visto cuatro motivos para invitar a la Música a tu aula ¿te parece útil?

Pero te había prometido una razón extra y esa razón... eres TÚ

La Música te puede ayudar a ti a sentirte mejor, a calmarte en momentos de estrés a aportarte esa energía que requiere tu trabajo. A encarar las dificultades de cada día de mejor humor.

En definitiva, nosotros; nuestra energía, nuestra motivación, nuestra comunicación, nuestro estado emocional, somos el elemento principal para que un aula funcione y nuestros pequeños reciban lo mejor. Porque los niños aprenden del ejemplo.

¡Abre la puerta de tu aula a la Música, como hemos visto será tu gran aliada!

¿Te parece difícil? ¿crees que si no sabes Música no puedes hacerlo?

Es mucho más fácil de lo que piensas y si te apetece yo puedo ayudarte.

 

Puedes descubrir cómo en nuestro curso

Música: Tu gran aliada en el aula de infantil. (Tenemos modalidad presencial y online)

 

Si quieres que te cuente todo lo que puedes conseguir utilizando la Música en tu aula, pincha el link de arriba o escríbeme a [email protected]

Estoy deseando ayudarte a conseguir que tú y tus alumnos os sintáis mejor en clase gracias a la Música.

Un abrazo musical.

 

COCO CUADRADO

COCO, la película que no es para niños. 5 valores sobre la Música que nos enseña COCO.

Hollywood ha decidido premiar en los Óscar como mejor película de animación y mejor canción original a la película COCO.

La última cinta de Pixar-Disney que no es para niños.

¿Y por qué digo esto? Porque creo que no es una película sólo para niños, esta cinta  es una auténtica película para ver en familia, para disfrutar muy cerca de los tuyos. Para compartir a ser posible cogidos de la mano porque nos transmite el amor por la Familia y la Música en cada uno de sus fotogramas.

Ambientada en México y su celebración de muertos es un canto a luchar por tu pasión, es un tributo hacia la Música y es un alegato al amor por la Familia.

Creo que a estas alturas la mayoría la habréis visto ya, y no es mi intención contar el argumento de la película aquí.

Pero sí que me gustaría reflexionar un poco sobre el valor que la historia le da a la Música y lo que podemos aprender de ello. Voy a destacar cinco valores de la Música que COCO pone de manifiesto.

  • La pasión por la Música no se puede ignorar. Hay personas que ya desde muy pequeñas tienen clara una atracción o una pasión por algo. Es muy importante apoyar estos sentimientos y dotar de la mayor cantidad de oportunidades a esa inquietud o talento. Si vuestro pequeño canta a todas horas, baila al escuchar las primeras notas o va golpeando y haciendo percusión por cualquier lugar, sería perfecto potenciar sus cualidades y encontrar un lugar dónde sea feliz aprendiendo Música.
  • La Música emociona. En esta película es inevitable que alguna lágrima empañe nuestra mirada y es sutil a la par que evidente que las escenas más sensibles y emotivas de la película se ven muy reforzadas por el uso de la Música sin la que no sería lo mismo.
  • La Música es uno de los últimos recuerdos que permanecen en nuestro cerebro. Múltiples estudios científicos demuestran que la Música es la actividad que más partes del cerebro pone en funcionamiento, pero no sólo es eso, cómo va ligada a la emoción constituye un fuerte anclaje de recuerdos, y es una de las últimas cosas que olvidan las personas mayores que van perdiendo su memoria. La Música de su vida, la Música relacionada con emociones intensas y recuerdos profundos es lo que permanece al final en sus cabezas, como le ocurre a la abuelita COCO.
  • La Música es alegría. Las celebraciones se hacen acompañadas de Música, de baile. Porque la Música implica compartir, implica divertirse. Y la familia de Miguel que ha prohibido la Música no participa de esa diversión.
  • La Música nos habla a lo más profundo. La canción "Recuérdame" es una carta de amor escrita por un padre a su hija. Pero el hecho de no ser sólo una carta sino además tener Música, convertirse en canción, sublima su mensaje y lo hace mucho más efectivo.                   

 

El texto de esta canción es precioso, pero nos llega mucho más al corazón por la línea melódica que tiene y el acompañamiento ligado a la tradición de las canciones de amor mexicanas.

Aquí os dejo la letra de "Recuérdame" que merece la pena leer despacio y dedicársela, aunque sea sólo en nuestros pensamientos, a los que más queremos.

Recuérdame,
hoy me tengo que ir mi amor.
Recuérdame,
no llores por favor.
Te llevo en mi corazón
y cerca me tendrás.
A solas yo te cantaré
soñando en regresar.
Recuérdame,
aunque tenga que emigrar.
Recuérdame,
si mi guitarra oyes llorar.
Ella con su triste canto
te acompañará.
Hasta que en mis brazos estés,
recuérdame.

 

En definitiva, COCO es una película para disfrutar en familia, para emocionarse y para reflexionar. 

¿Qué Música de la película es vuestra preferida? ¿Con quién habéis compartido esta cinta? Me encantará leeros en los comentarios. ¡Os espero!

 

 

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