Nuestra voz, la voz de la madre, del padre, es uno de los vehículos de comunicación más importante con nuestro bebé. Es un sonido que conoce desde antes de nacer, es algo familiar y confortable para él.

Hablarle a nuestro bebé es fundamental para su correcto desarrollo cerebral y emocional. El ser humano es un ser social y necesita sentir la conexión y la comunicación con los demás, pero además cuando nace es un ser frágil y muy dependiente que necesita cuidado, atención y además ir consolidando unos vínculos de apego con quien le hace sentir seguro, con quien le transmite y le comunica calma, amor, serenidad y solución a sus necesidades físicas y afectivas. 

Muy pronto el bebé es capaz de distinguir los timbre de voz de las personas más cercanas y escucharlo le hace sentir bien.

Pero además de social, el ser humano es musical por naturaleza, la Música forma parte del hombre desde la prehistoria y nos formamos y desarrollamos arropados por el ritmo del latido cardíaco de nuestra madre, por el movimiento del líquido amniótico.

A los bebés les atrae la Música de forma natural y a las madres, también por instinto, les sale cantar a sus pequeños para tranquilizares, mecerles para calmarles y jugar con los sonidos para divertirles. Y es porque los bebés responden a esos estímulos. Porque reaccionan a la Música que sienten como algo muy natural.

La voz es un instrumento que todos poseemos, es nuestro instrumento, que nos hace únicos. Nuestro timbre es esencial y reconocible. Es el timbre que más le gusta a nuestro bebé, por lo que aunque pensemos que no lo hacemos muy bien, cantarles es la manera más bonita y eficaz de transmitirles nuestro amor, nuestra cercanía y nuestra disposición a atenderles.

Cantar a nuestro bebé tiene muchos beneficios para ellos:

  • Le tranquiliza. Una voz suave transmitiendo calma hace que el corazón del bebé vaya regulando su latido e induce a un estado de relajación. 

 

  • Nos conecta. Nuestra voz, es nuestra esencia, es totalmente reconocible para el bebé y al cantarle creamos una conexión única con él, porque le entregamos nuestra esencia. 

 

  • Nos hace vibrar en la misma frecuencia. El sonido se produce por vibración, esas vibraciones se transmiten por el aire y nuestro cuerpo y nuestro cerebro las siente, pero si además cantamos con nuestro bebé pegadito al pecho, nos convertimos en un solo ser, vibrando al unísono, rememorando los momentos en el útero materno.

 

  • Les ofrece vocabulario variado que hará que su oído se desarrolle mejor. El uso de un lenguaje rico y variado es fundamental para el desarrollo lingüístico, la comprensión y la comunicación de los niños. Cantar canciones con vocabulario de distintas temáticas les prepara para todo ello.

 

  • Les facilita una vía de comunicación. Muy pronto los bebés empiezan a reproducir los sonidos que hacemos o los gestos que usamos al cantar y esos son los primeros indicios de comunicación. La Música hace que sea más fácil recordarlos.

 

  • Les hace reír y divertirse. Las emociones positivas, la risa, el amor, la diversión son muy importantes para que un niño crezca sano. Los juegos rítmicos, las canciones absurdas, los ruidos musicales les encantan, les hacen reír y consiguen crear momentos de juego y diversión en familia inolvidables.

 

  • Estimula su movimiento. Con los niños la Música sin duda va unida al movimiento, al arrullo, al baile espontáneo o a los gestos al cantar. Es un gran aliado para favorecer el desarrollo motriz de una manera natural.

 

 

Hemos visto que cantar a los niños es muy beneficioso para ellos, pero también es estupendo para la madre, para el padre, porque al cantar segregamos endorfinas que nos hace sentir mejor, abrimos canales de comunicación, olvidamos miedos y complejos, nos dejamos llevar sin ser juzgados y lo hacemos con todo nuestro amor. Muchos de los beneficios que hemos descrito para los niños son aplicables para los padres. La Música también nos relaja, nos hace estar de mejor humor, nos da canales de comunicación con los pequeños y si nos dejamos llevar puede ser muy, muy divertido.

 

Pero muchos padres me preguntan ¿Y qué cantamos?

Hay miles de canciones infantiles muy apropiadas para cantarles a los niños. Pero que tengamos un bebé, que nos convirtamos en madres, no significa que nos tengamos que hacer especialistas en repertorio infantil. Cantarle nuestras canciones favoritas hace que la madre se sienta bien, porque le trae buenos recuerdos, porque esas canciones le hacen sentir bien, porque le gustan y así transmite esas emociones positivas a su bebé.

También es estupendo tararear sin ningún tipo de letra, sonidos que nos vayan saliendo, improvisando, cambiando el ritmo según las necesidades del bebé. 

Otras canciones fantásticas para los pequeños, son aquellas improvisadas en las que les vamos contando cosas que queremos compartir con ellos: cómo ha ido el día, qué cosas hemos hecho, lo que les queremos, quienes somos su familia, lo que vamos a hacer, cuando nacieron... Canciones únicas, que surgen en el momento, que se pierden en ese instante, pero que llevan una carga emocional muy fuerte, ya que transmiten identidad, valores, intenciones, que los niños aunque no entiendan todo su significado van captando y les ayuda a escuchar distintas palabras a relacionarlas y a en un futuro tener un amplio vocabulario, aprender a hablar de sentimientos y emociones.

 

Ya no tienes escusa para no cantarle a tu bebé. Hazlo sin miedo, canta canciones que te gusten o improvisa, aprende repertorio nuevo. No te olvides de cantar y aprovecha para bailar, para achucharle, para reíros, para jugar.

Pero sobre todo recuerda que tu voz es la más bonita para tu bebé. 

 

Me encantará saber cual es tu momento favorito para cantar con tu bebé ¿me lo cuentas?